Este día en México se acostumbra que la persona a la que le salió el niño en la rosca de reyes es la encargada de realizar tamales y atole para su familia, la tradición se debe a que en esta misma fecha, basándose en el calendario azteca, es la bendición del maíz, y se elaboran alimentos con él, de ahí los tamales.
La Candelaria es una fiesta religiosa que se hace cuarenta días después de Navidad y conmemora la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén.
También se la conoce como la Fiesta de la Purificación de la Santísima Virgen María, ya que las tradiciones de la época consideraban que una mujer era “impura” hasta 40 días después del parto. Las velas, que se consideran un símbolo de la pureza de la Virgen María, se convirtieron en un sello distintivo de la celebración (de ahí el nombre de “Candelaria“).
Los emblemáticos tamales son la comida estrella de esta fecha y aunque los acostumbrados son de salsa verde, roja de moles o rajas y de dulce, en muchas partes de México, incluidos Puebla y Tlaxcalancingo en San Andrés Cholula con la elaboración de tamales de mollejas, o en San Pedro Cholula los tradicionales canarios elaborados con de pasas, piña y nuez suavizados con harina de arroz; hoy la creatividad ha dado paso haciéndose presente dando giros en su receta original, obteniendo resultados tanto exóticos como deliciosos.
Podemos encontrar tamales dulces de chocolate, piña, zarzamora, galleta, incluso de cajeta o dulce de leche, mientras que del lado de los salados podemos saborear de chapulines, de frijoles, verdolagas, y hasta de cochinita pibil o pipian.
Sin importar los ingredientes o la apariencia, los tamales son parte del legado cultural de México, y en su elaboración se utiliza el grano de maíz, un cultivo referenciado como parte de la identidad nacional.
Una de las características más notables de los tamales es que toda la mazorca es utilizada para su elaboración sin dar paso al desperdicio, pues incluso sus hojas son utilizadas para prepararlos, de generación en generación. La hoja de maíz es separada cuidadosamente y tras alcanzar el proceso de secado. Una vez deshidratadas, estas se pueden guardar por mucho tiempo antes de ser utilizadas para envolver los ricos tamales.
México es uno de los mayores productores a nivel mundial, siendo los estados de Sinaloa, Jalisco y Michoacán los que generan la mayor producción anual de este valioso cultivo.