San Pedro y San Pablo dos pilares de la Iglesia, tenían antecedentes y formaciones diferentes y su complementariedad fue fundamental para el desarrollo del cristianismo.
Según la historia, la iglesia tuvo en sus inicios dos pilares, San Pedro un hombre sencillo y San Pablo intelectual, San Pedro organizó y dirigió la Iglesia en la primera hora y San Pablo consolidó su marco conceptual y teológico.
Las conversiones de San Pablo y San Pedro fueron muy distintas, la de Pablo súbita, casi instantánea y definitiva de vida a partir de los sucesos que tuvo camino a Damasco y la de Pedro trabajosa y con altibajos.
Sin embargo parece que la mayoría de los cristianos tiene que estar luchando diariamente en la ambivalencia, como lo hizo San Pedro hasta Pentecostés.
La conversión que tuvo San Pablo no parece ser común pero la iluminación súbita se da.
Pedro era una persona de la clase trabajadora manual un pescador, un humilde creyente que hablaba desde el corazón y con una educación formal limitada.
En cambio Pablo era el intelectual, el pensador que hablaba desde su intelecto, un ciudadano romano bien educado y un hombre religioso profesional.
Sobre estas dos bases Dios creó el cristianismo.
Escogió a San Pedro el hombre sencillo, como la roca sobre la que construir la Iglesia y a San Pablo para ser el pilar del desarrollo conceptual, teológico, de la nueva religión.
De no haber existido Pablo de Tarso el cristianismo quizás hubiera sido otro,
su importancia no está radicada en la evangelización que hizo en los en los distintos pueblos fuera de Israel, en sus viajes.
Porque todos los apóstoles hicieron lo mismo; el apóstol Santiago predicó en España, Tadeo y Bartolomé llevaron a la fe Armenia, Marcos a Egipto, Tomás a la India, y así podemos hablar de los demás apóstoles.
El hecho fundamental de Pablo es que vio con claridad que debía extenderse la fe cristiana como algo independiente de las costumbres culturales judías, como la circuncisión y las restricciones en las dietas.
Él propuso modificar los requisitos para la entrada en la nueva iglesia en el primer Concilio de Jerusalén; los gentiles ya no debían vivir un tiempo como judíos antes de convertirse en cristianos.
En el primer Concilio de Jerusalén se decidió que lo gentiles, que querían ser cristianos, no debían circuncidarse ni debía exigírseles comer comida kosher.
A partir de ahí el cristianismo explotó, no porque San Pablo fuera a predicarles específicamente a los gentiles en Grecia y Asia Menor.
En los Hechos de los Apóstoles se lee que San Pablo predicaba en las sinagogas o sea a los judíos de la diáspora, los gentiles temerosos de Dios se acercaron a la fe cristiana al bajar los requisitos de entrada, propuesta por Pablo.
Así pues Pedro y Pablo fueron grandes apóstoles, autores de la Escritura y santos; pero cada uno en su propio camino, uno dio forma teológica y organizacional al cristianismo tal cual lo conocemos, ambas llegan a destino pero por diferentes vías.
Pero sólo uno se convirtió en la roca de la Iglesia.